06 Sep De exportar a las otras islas el plátano en plaza, a salineros
Las salinas de Fuencaliente, en el extremo sur de La Palma, no son sólo un espacio natural creado por el ser humano –dos conceptos que parecen incluso irreconciliables, pero aquí es tan real como su declaración por ley de Espacio Natural de Interés Científico– para la obtención de un producto tan necesario en la alimentación como es la sal. La actividad salinera propiamente dicha se complementa con la incorporación de un edificio integrado en el paisaje dedicado a una atractiva oferta gastronómica vinculada, cómo no, al mar y las salinas: el restaurante El Jardín de la Sal.